miércoles, 17 de noviembre de 2010

Relajate con un árbol.

Si alguna vez te encuentras completamente agotado, enfadado o tenso, siéntate contra un árbol. Elige un ejemplar bueno y sólido -un roble o un pino- y colócate en el suelo, manteniendo la espalda recta contra el tronco. Cierra los ojos y relájate. Te darás cuenta de como se produce un cambio lento, desaparenciendo tu tensión, enfado o agotamiento para ser reemplazado por un creciente calor, una sensación de Amor y consuelo. Esta sensación viene del Árbol; acéptala con regocijo, quedando allí hasta sentirte completamente renovado. A continuación y antes de partir, abraza el Árbol, dándole las gracias. Detente para apreciar todo lo que te rodea. Huele la tierra, los árboles y las hojas. Absorbe sus energias y transmíteles las tuyas. Un factor que contribuye a nuestro aislamiento es el calzado. Anda descalzo siempre que puedas. Contacta con la tierra, siéntela, absórbela. Demuestra tu respeto y Amor por la naturaleza y vive con ella. de la misma manera vive con otras personas. En el transcurso de tu vida encontrarás a muchos a quienes puedes beneficiar. Estate siempre dispuesto a tender una mano. No abandones a nadie cuando sabes que necesita ayuda. Si puedes hacer un favor, hazlo. Pero no intentes jamás controlar la vida de otro, pues todos tenemos que encontrar nuestro propio camino. Pero, si surge la ocasión de prestar un servicio, aconsejar o señalar el camino, hazlo.

Raymond Buckland

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